GESTION EDUCATIVA
La gestión educativa es un proceso orientado al fortalecimiento de
los Proyectos Educativos de las Instituciones, que ayuda a mantener la
autonomía institucional, en el marco de las políticas públicas, y que enriquece
los procesos pedagógicos con el fin de
responder a las necesidades educativas locales, regionales.
Desde lo pedagógico, promueve el aprendizaje de los estudiantes, los
docentes y la comunidad educativa en su conjunto, por medio de la creación de
una comunidad de aprendizaje donde se reconozca los establecimientos educativos
como un conjunto de personas en interacción continua que tienen la
responsabilidad del mejoramiento permanente de los aprendizajes de los
estudiantes, con el fin de formarlos integralmente para ser miembros de una
sociedad. Todo esto ayuda a favorecer su calidad de vida y prepararlos para su
vida en el mundo laboral.
FINALIDAD DE LA GESTION
EDUCATIVA
La
gestión educativa está diseñada con la finalidad de propiciar que los maestros
y maestras se apropien del currículo, conociéndolo, dominándolo y aplicándolo
de manera efectiva, traduciéndolo en prácticas docentes eficaces, innovadoras y
generadora de oportunidades de aprendizaje.
Otra finalidad de la gestión de
centros es involucrar las familias como actores comprometidos en la
construcción de una educación inclusiva con calidad y equidad.
CARACTERÍSTICAS DE LA GESTION
EDUCATIVA
En
el contexto actual de cambios constantes y vertiginosos, todas las
organizaciones gubernamentales y no gubernamentales, empresariales y de
servicios, entre otras, de carácter nacional e internacional, han tenido la
necesidad de revisar sus propósitos y su misión en la sociedad; igual que sus formas
de organización y su funcionamiento, con el propósito de reducir la
incertidumbre del entorno. Muchas organizaciones han ajustado sus
objetivos, han propuesto estructuras más flexibles y han logrado posicionarse
frente a los cambios sociales de modo relevante. Otras, conservan sus viejas
estructuras y sus objetivos como si nada pasara sus proposiciones se tornan
obsoletas, y tienden a la desaparición o a la supervivencia. Los sistemas
educativos no escapan a esta situación general.
Los sistemas educativos han entrado en este escenario de
replanteamientos; han cuestionado sus finalidades, sus alcances y su
organización. Se han expuesto también a las nuevas competencias y a las
capacidades requeridas para desarrollaren quienes tienen a su cargo los procesos
de gestión educativa.
La responsabilidad por la mejora de la educación es tarea fundamental de
todos los involucrados en el sistema, de manera particular de la supervisión,
por su cercanía con la escuela. Para que la supervisión contribuya a lograr mejores
procesos y resultados, es importante precisar cuáles son las características de
la gestión que impulsa.
Incluyente y participativa: Inclusión es una actitud que abarca escuchar, dialogar, participar,
cooperar, preguntar, confiar, aceptar y acoger las necesidades de otros, pero
también es un proceso inacabado y continuo.
Reflexiva: Sugiere el espacio de
reflexión en la acción; es decir, la revisión constante de la práctica
profesional de quienes desarrollan funciones de supervisión, asesoría,
dirección y docencia, para asegurar el alcance de los propósitos planteados.
Diálogo informado: Como mecanismo que
posibilita la comunicación y el inter-cambio crítico y propositivo entre pares
(coordinadores, supervisores, docentes, directores, asesores o integrantes del
equipo de supervisión), para favorecer la expresión de ideas y opiniones para
establecer acuerdos, definir objetivos, estrategias y metas para mejorar la
comunicación e interacción entre los distintos actores educativos.
Relaciones horizontales. Es importante que la
interacción entre los miembros del grupo de supervisores y asesores técnicos
sea entre pares.
Trabajo colegiado y colaborativo: Una actitud de motivación y apertura que integra el potencial del equipo
en el trabajo colectivo, a través de la cual, los supervisores y asesores
realizan análisis, evaluaciones, acuerdos, debates, negociaciones, discusiones
intelectuales o académicas entre pares; asimismo, lo promueven en el interior
de las escuelas como un recurso para establecer acuerdos y tomar decisiones con
los directores y maestros.
Liderazgo compartido: La función directiva de los supervisores requiere una coordinación
académica profesional y flexible con su equipo para guiar las actividades.
Fomenta la participación social: En los procesos de
desarrollo social, entre ellos la educación, resulta esencial la participación
de los padres de familia en los asuntos relacionados con el aprendizaje de sus
hijos.
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